martes, 25 de mayo de 2010

Síntesis


Gracias a esta información recopilada conozco cómo afrontar esta situación y cómo poder llevarla a cabo en el aula.
Creo que es imprescindible trabajar tanto, con los niños como los padres, para que este tipo de trastornos no aparezcan. Sin embargo, si estas conductas han llegado a afectar al niño debemos intentar eliminarlas para que su comportamiento tanto en clase como en casa sea de manera adecuada.
También tengo que recordar que, al ser nosotros los educadores, tenemos que aportar ayudas en los hogares de los niños y tratarles en clase como un alumno más y sin discriminación alguna.
Por otra parte, he querido la importancia y el mérito de las personas con discapacidades que pintan con la boca y con el pie ya que tenemos que apoyarlas y respetarlas en todo momento.
Finalmente, decir que este trabajo me ha servido para darme cuenta de cómo aparecen los síntomas de diferentes trastornos de conducta y cómo poder llevar a cabo una clase con diferentes actividades para estos niños con problemas y para todos los demás alumnos.

A continuación os dejo un powerpoint que resume las ideas principales de este tema para facilitaros que os quedeis con lo esencial acerca de los trastornos de conducta.


Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie


La asociación de Pintores con la Boca y con el Pie está formada y dirigida por artistas que no quieren caridad, sino ganarse la vida a través de su esfuerzo. Sus miembros han aprendido a dibujar y pintar sujetando el pincel con la boca o los dedos del pie, ya que debido a alguna enfermedad, accidente o defecto de nacimiento se han visto privados del uso de sus manos.

Desde su fundación en 1957, la Asociación ha dado a todos sus miembros la oportunidad de mantenerse exclusivamente a través de la venta de sus cuandros, reproducidas en forma de tarjetas, calendarios y otros artículos.




Lorenzo Higueras Mariana nació en Cuenca en 1999 y sufre de Artrogriposis Múltiple. Pinta con la boca desde los 3 años, siendo ésta una actividad que le apasiona hasta el punto de dedicarle todo el tiempo que sus estudios le permiten. En la actualidad es el artista más joven de la Asociación en España.


Virginia Calderón Rodríguez. Nació con una parálisis permanente en los brazos. Comenzó a pintar con el pie en 1993. Su técnica preferida es el óleo, y aunque su estilo es realista, últimamente está investigando otras formas de expresión.



martes, 18 de mayo de 2010

Niño agresivo


Cuando un niño se siente frustrado por no cumplir sus deseos, actúa arañando, mordiendo, pegando, son rabias que el niño muestra mediante pataletas y gritos. Pero, a partir de los 4 años, cuando esta agresividad pasa a ser expresada verbalmente se convierte en una conducta problemática. Además, el grado de agresividad, la edad de aparición y el tiempo que permanece el niño con esos comportamientos hará justa la intervención de un psicólogo infantil que abarque el problema.

Signos preocupantes son:
- EL mostrarse especialmente triste
- Perder interés por las cosas que le rodean
- Perder el apetito
- Alteraciones de sueño ya sea por exceso o por defecto
- Decir cosas negativas sobre sí mismo.

Todos estos datos deben preocuparnos y llamarnos la atención buscando el diálogo con el niño, aunque en la mayoría de los casos se requerirá un trabajo más profundo por parte de un especialista infantil, e intervenir de forma rápida mediante un tratamiento. El tipo de tratamiento dependerá del resultado de la evaluación que se haga.
Según la psicóloga “Gloria Marsellach Umbert”, las pautas a seguir son:

1. Identificar el tipo de conducta
2. Anotar cuantas veces el niño aplica la conducta de agresividad
3. Elegir dos objetivos para modificar la conducta
4. Cuando esté determinado el procedimiento que utilizará, poner en práctica el plan.

Después el niño mantendrá una actitud relajada y positiva y notarás los progresos.






Niño mentiroso


El niño suele mentir como resultado de un sentimiento de frustración.

Las razones por las que un niño suele mentir son:
- Por imitar a los adultos, ya que se da cuenta de que los adultos mienten cuando les interesa.
- Para complacer a alguien.
- Para llamar la atención, porque se siente poco atendido. La mentira más frecuente suele ser el inventar una dolencia.
- Para evitar un castigo. El niño tiene miedo de perder el amor de sus padres.
- Por no tener la capacidad de distinguir entre lo real y lo imaginario. Este caso es preciso de psicoterapia, ya que este tipo de niños no tienen conciencia que están mintiendo; significa que está en fases anteriores de desarrollo o que está perdiendo contacto con la realidad.



Bajo mi punto de vista, pienso que de acuerdo a las capacidades evolutivas del niño, es conveniente buscar la manera de enseñarles sobre la honestidad, e identificar lo real de lo imaginado, y sobre todo, intentar ser un buen ejemplo, que es lo más importante ya que muchas veces los niños se limitan a imitar.

Se felicitará siempre la verdad, y una vez que el niño miente, antes de regañarle es necesario averiguar los motivos que le han llevado a mentir.

Trastornos alimenticios


Los niños también son víctimas de la sociedad en la que vivimos, por ello el número de niños, de tres a nueve años, con problemas de alimentación cada vez es más alto.
Además de la anorexia, en la que el niño aunque tenga apetito se niega a comer, y la bulimia, caracterizada por la excesiva ingesta de alimentos seguida de vómitos, tan conocidas por nosotros. En la infancia es frecuente el denominado “Síndrome de Especialización en la Comida”, en el que se aprecia como el niño es muy selectivo con los alimentos, hasta el punto de consumir sólo algunas de las marcas pero sin preocuparse por si pueden engordar o no.

Algunas de las causas por las que pueden aparecer este tipo de trastornos son:
- Ausencia de estructuras familiares sólidas y familiares obsesionados con su cuerpo.
- Excesiva publicidad de productos adelgazantes.
- Ausencia de límites impuestos por parte de los padres.

Estos trastornos dados en la infancia pueden dar pie a la aparición de cierta Fobia Social en los años posteriores, ya que el comienzo está marcado por cierto miedo a que los demás no lo acepten. Haciendo que aparezca una gran tendencia hacia el aislamiento, cierta irresponsabilidad y algunos problemas en el aprendizaje.

Para que estos trastornos no aparezcan en nuestra aula, tenemos que intentar fomentar el autoestima de los niños, hacerles ver que nadie es perfecto y que cada uno tenemos defectos y virtudes, no bromear ni ridiculizar al niño con temas sobre su físico e intentar enseñarles como alimentarse de buena manera. Además, los padres deben de ser constantes con sus hijos haciéndoles ver la importancia de una buena alimentación.


Niño tímido

Suele ser una persona tranquila, callada, temerosa, evita las interacciones sociales y no suele identificarse como una persona que tenga problemas.
Cuando notas que un niño es demasiado tímido en el aula, ya sea con ejemplos como: no habla con el profesor, se hace pis encima, no come, no se relaciona con los demás… no es un trastorno de conducta, simplemente les cuesta más adaptarse que los demás compañeros.
Si te encuentras con un niño tímido en tu clase debes darle tu apoyo para que se sienta cómodo contigo y con el resto de los alumnos. Así cada día que vaya a clase se sentirá más a gusto y le apetecerá más. Este proceso de integración suele durar entre 1 a 2 meses. Si ves que el niño no cambia de actitud, debes avisar a la madre o al padre de su caso e ir contándole las cosas que hace en el aula por si te pueden aportar ideas de la mejora de su comportamiento.
Es fundamental recordar que a estos niños les cuesta más la separación de su madre o padre, ya que se encuentran en la etapa de apego.

Trastorno de hiperactividad


Son niños problemáticos, insensibles y nerviosos. Estos niños son difíciles de educar ya que apenas prestan atención tanto a los padres como a los profesores/as.

¿Cómo puedes saber que tienes a un niño hiperactivo en tu aula?
Si trabajas en una escuela infantil con niños de 0 a 3 años, debes observar sus sueños, ya que apenas duermen y se despiertan sobresaltados. También, les cuesta expresarse a través del lenguaje y son propensos a sufrir numerosos accidentes.
Ya en un colegio, con niños de 3 a 6 años, podemos comprobar que este tipo de niños tienen problemas de adaptación, son desobedientes y tienen dificultades para cumplir las normas impuestas en clase. A partir de los 6 años, apenas prestan atención en clase, tienen comportamientos antisociales y muestran impulsividad.
Las repercusiones que conlleva tener a un niño hiperactivo en el aula es la distracción de los otros niños cuando le observan, el atraso de materia, etc.

Para trabajar con los alumnos a los que un experto le haya diagnosticado hiperactividad, el maestro debe seguir unas pautas en clase:
El alumno/a con hiperactividad requiere estar en un grupo reducido de alumnos y así el profesor/a podrá dedicarle más tiempo.
El entorno debe estar ordenado, ya que el niño se distrae con facilidad.
En clase, debemos procurar que se siente con niños tranquilos, alejarle de las ventanas o carteles colgados por la clase y que siempre ordene su mesa al finalizar las actividades realizadas en clase. También tenemos que preparar actividades alternativas que duren menos tiempo, puesto que se cansan con facilidad, actividades prácticas para mejorar la comprensión…
Y finalmente, no tenemos que olvidar que hay que hacer hincapié en los trabajos o conductas positivas, ya sea premiándoles, diciéndoles lo bien que lo han hecho, etc.


Es fundamental reconocer las cosas que éstos niños han hecho correctamente.

Debes consultar niños con hiperactividad donde puedes encontrar información relevante.